Para un argentino son tan corrientes como el pan francés o las medialunas. Podemos comprar alfajores de maicena en cualquier panadería de barrio o en el quiosco de la esquina. Pero también es muy habitual que nos llevemos uno a la boca creyendo que será una delicia y acabemos tomando un litro de agua para poder pasar una masa terriblemente seca y nada agradable... Es algo que ocurre seguido ya sea por querer ahorrar dulce de leche o por utilizar una proporción demasiado alta de almidón de maíz. Para no llevarnos esa decepción, nada mejor que hacerlos caseros y poner las cantidades justas de cada ingrediente.
Una buena receta es esta que recomienda Silvia Barredo en libro 'Pastelería argentina. Tradicional y moderna'.
Ingredientes
-200 g de harina leudante
-300 g de almidón de maíz
-200 g de manteca pomada
-150 g de azúcar
-1 cdta de esencia de vainilla
-Ralladura de 1 limón
-3 yemas
-30 ml de cognac
Para el armado
-400 g de dulce de leche repostero
-100 g de coco rallado
Preparación
- Tamizar y mezclar el almidón de maíz con la harina leudante.
- Batir hasta homogeneizar la manteca con azúcar, esencia de vainilla, ralladura de limón, yemas y cognac.
- Incorporar de a poco la harina y el almidón, mezclando hasta formar una masa tierna.
- Espolvorear la mesada con almidón y estirar la masa con un palote. Cortar medallones y disponerlos sobre una placa de silicona. Hornear sobre placas para horno durante 15 minutos a fuego moderado.
- Dejar enfriar y unir las tapas con dulce de leche. Untar con más dulce de leche alrededor de la unión y pasarlos por coco rallado o granas de colores.
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