El Buttercream o crema de manteca no es más que lo que su propio nombre indica, una crema simple, a base de manteca y azúcar impalpable. La receta de es muy tradicional de los países anglosajones y siempre se había utilizado para decorar tortas, pero con con el boom de los cupcakes, se popularizó en todo el mundo.
El Buttercream tiene algunas ventajas por las que algunos reposteros la prefieren antes que, por ejemplo, al fondant: podemos colocarla fácilmente en una manga para decorar o escribir; tiene una textura cremosa y unos ingredientes que, para algunos, la hacen mucho más sabrosa. Además, se le puede añadir extractos de frutas, pastas saborizadas o chocolate derretido para usarla también como relleno, lo que la hace muy versatil y por último, es una crema muy fácil de hacer en casa.
Una particularidad muy importante de esta crema, es que al contener una buena cantidad de materia grasa, cuando está fría y bien batida se pueden lograr realizar muy buenos diseños con boquillas de decoración, porque copia perfectamente los dibujos de cada una y es justamente eso lo que la hace perfecta para los cupcakes!
Al preparar buttercream siempre se utiliza la misma cantidad de manteca que de azúcar impalpable, para mantener un equilibrio entre el sabor dulce y la materia grasa. Aunque si hace más calor se puede aumentar la cantidad de azúcar para que aguante mejor.
Con las cantidades de esta receta, se pueden decorar unos 12 cupcakes o rellenar y cubrir una tarta de 15 cm de diámetro aproximadamente.
Acá te damos una receta básica para probar:
Ingredientes
- 250 grs. de azúcar impalpable
- 250 grs. de manteca a temperatura ambiente
- 4 cdas. de leche
- 1/2 cda de esencia de vainilla
Preparación
- Tamizamos el azúcar impalpable y lo colocamos en un bowl junto con la manteca, la leche y la esencia.
- Batimos con batidora eléctrica a velocidad baja por un minuto (cubriendo el bowl, para que no se vuele el azúcar!). Después subimos la velocidad y batimos al menos otros 5 minutos a velocidad media-alta. El buttercream se volverá casi blanco y su textura pasará a ser muy cremosa.
Si le querés dar color, se puede hacer con colorantes en pasta, incluyéndolo junto con todos los ingredientes al principio.
Si la crema te queda muy dura, podés agregarle un poco de leche o agua. Y si, por el contrario, te quedó muy líquida, se puede corregir con un poquito más de azúcar impalpable. Esa es otra ventaja: nunca te puede salir mal!
